"Nada te turbe nada te espante, todo se pasa Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta".
Santa Teresa de Jesús.

martes, 28 de diciembre de 2010

7 de junio de 2010 /// Sarria


Amanezco a las diez de la mañana.
Sin dolores en las piernas ni en los hombros, ¡puedo moverme!.
Una ducha, la tiritas en las ampollas y bajo a desayunar; muy bien el hotel.

La mañana está nublada, estoy en la cafetería del hotel.
No he tenido más remedio que llamar por teléfono para reservar el alojamiento de las próximas etapas.
Y, claro, al descansar un día pues a reorganizar las etapas y calcular destinos.
 

Tras la comida y la imprescindible siesta, me voy a dar una vuelta por Sarria.
 


Necesito volver al Camino, no quiero más ciudad.
Necesito volver a sentir como en la Basílica de la Encina (Ponferrada), en Cacabelos, Trabadelo, O Cebreiro y, sobre todo, en Triacastela.
Señor, quiero sentirte a mi lado, que al caminar vuelva a aprender de la vida, que me enseñes a ser mejor persona.
 






Convento de la Merced.




El día sigue nublado pero yo estoy mejor, aunque las ampollas siguen molestando; pero ya pueden arreglarse porque el Apóstol me espera.
A las 7 me voy de nuevo a ver a María, de nuevo en la cápsula de calor y a tratar los gemelos.
Ha sido un encanto y una gran ayuda para seguir.
 







La gente ha sido muy amable en Sarria, me gusta oirles hablar en gallego.
A pesar de las ampollas y los dolores con los que llegué ayer, me llevo un buen recuerdo de este pueblo.

Y mañana, de nuevo, al Camino; lo necesito, ¡¡ADELANTE!!.
El Camino de Santiago es duro en lo físico, intenso en lo espiritual y sentido en lo emocional. 

6 de junio de 2010 /// De Triacastela a Sarria

Son las ocho de la mañana.
Estoy desayunando en el bar "Río", es de los mismos dueños del albergue donde he dormido.
Hoy ha amanecido nublado.
No creo que pueda ir tan rápido, porque tengo los pies, sobre todo el derecho, que duele bastante por la ampolla; pero habrá que seguir ¡¡ adelante!!.












"El carácter del hombre es su destino".- Gotffried Keller.








En esta parte del Camino, encontré estas señales en lugar de flechas.
Si las líneas estaban en paralelo vas bien, si no aparecen cruzadas.




Poco antes de las 12 del mediodía llego a Samos, y me acerco al monasterio: ¡impresionante!.
No dejes de hacer una parada en tu Camino al pasar por aquí.


















Hoy es la festividad del Corpus Christi, así que me quedo a la misa de 12.
Son monjes benedictinos. Al final la procesión por su claustro principal, una maravilla las pinturas.
Ha sido una bonita experiencia.













Antes de continuar Camino, paro a comer un bocadillo porque aún quedan muchos kilómetros y debo reponer fuerzas.
Los pies siguen molestando y las pierndas empiezan a notar el cansancio.






Final de la etapa de hoy.


Todos los albergues están llenos, los hostales también.
Mientras camino como puedo por Sarria buscando un alojamiento, entro en alguna iglesia a visitar y estampar el sello en la credencial.



Por las calles de Sarria.





Entro en una farmacia buscando un alivio para las ampollas.





Después de buscar y buscar, por fin encuentro un alojamiento en Sarria.
Hotel "Mar de Plata".
(recomendable, 35€ habitación individual, muy limpio, atentos).
http://www.hotelmardeplata.com/ 





Son las nueve de la noche y estoy cenando en el Mesón Roberto, en la Rúa del Malecón.

Hoy ha sido el peor día.
Hasta Samos caminando sin parar, un paraje feo y ni un solo bar donde reponer fuerzas.
Llegué a Sarria con sol, aunque había estado nublado todo el día; parecía que Sarria me recibía con buen tiempo. Eso sí, el resto no.
Los albergues llenos, las pensiones también.

Termino de cenar y casi no puedo levantarme, las piernas no responden.
Me dirijo al hotel, llego como puedo, cada vez me siento peor.

En la recepción del hotel localizan a una quiromasajista que, a pesar de ser domingo, me atiende a las diez y media de la noche.



Dos horas de tratamiento, incluso en una máquina de Photonterapia a 40 grados de calor para quitar la dureza de las piernas y luego poder masajear aunque todo duele.

Las manos de María Durán obran el milagro y me encuentro un poco mejor, pero es tal el cansancio que me recomienda descansar un día; dice que lo necesito, que llegaba muy cargado y que aún me queda mucho por lo que necesito no caminar durante un día. 


Aquí tienes la información de contacto con María.
Si pasas por Sarria, no dudes en ponerte en sus manos, tu Camino será otro.

No hay taxis y María me acerca hasta el hotel, hay gente buena en el Camino.
Me tomo un gelocatil y a la una y media me acuesto.
Ha sido un día largo y duro, pero es el Camino que yo elegí y por el que voy a luchar hasta el último metro.
Hasta mañana, y ¡¡ADELANTE!!.